martes, 5 de agosto de 2008

Entrevista con Juan José Sandoval Zapata


LA LITERATURA COMBI DEL PERÚ

Texto y fotos: Grace Gálvez

Juan José no sonríe. Me mira a los ojos todo el tiempo y habla tan libre como si pensara en voz alta. Dice que sus respuestas siempre serán las mismas, le digo entonces que le haré preguntas nuevas. Me río. Ni se inmuta. Parece como si la tierra se hubiera tragado su alegría, pero no la satisfacción. Actualmente es el editor de la revista cultural Urbania y autor de libros como Barrunto y Las ratas de mi casa. Dice estar orgulloso de sus logros. Dice que me responderá con la verdad. Yo le creo.

¿Quién eres?
Soy la reencarnación de los rencores de mi madre. Ya hace 30 años que salí expulsado de su útero por indisciplina.

¿Cuál es tu palabra favorita?
Depende, por las mañanas, SUICIDIO es la palabra que más late. Por la hora del almuerzo ya la cosa cambia un poco, pero el desánimo prevalece. Ya por la noche, la palabra favorita es: SEXO.

¿Por qué mencionas el suicidio? ¿Acaso no te gusta la vida?
La detesto deportivamente. Desde niño me he acostumbrado a odiar a mansalva. Recuerdo que durante los almuerzos familiares no hubo otra práctica más saludable que el raje. Entonces, mientras iba creciendo me iba alimentando de esa desazón que sentía mi familia hacia todo. Todos en casa son contadores públicos. Yo también me hice contador público, pero contador público de historias privadas.

Esa desazón es tu temática frecuente…
Mi fuerte es la TRISTEZA, el DESAMOR. La tristeza porque en esta ciudad es muy difícil ser alegre, el clima no ayuda. Y el desamor porque el amor es muy trillado, y yo he nacido rebelde.

¿En qué te inspiras?
En todo lo que se deje. Hace muy poco publiqué un cuento titulado Confesiones de un papel higiénico olvidado, imagínate mi nivel de inspiración, un pedazo de papel.

¿Cuántos libros has publicado y cuáles?
Tres. Primero publiqué poesía: Lágrimas poemario y otros graffitis (1999). Después, narrativa: Barrunto (2001-2004) y Las Ratas de mi casa (2005). También participé en una antología que se tituló El gaviota y otros cuentos. Yo estaba en «otros cuentos».

¿Publicar es un buen negocio?
Ni hablar. Publicar, para un escritor, no es un negocio, mucho menos un negocio rentable. El publicar es un enfrentamiento con la realidad. Muchas veces, este choque abrupto con lo real, hace que los artistas naufraguen en sus profesiones. Publicar en un país donde nadie lee es fomentar un acto clandestino, pero, de lejos, gratificante y vitalizador.

¿Cuál es la política del Estado con respecto a publicar libros?
El Estado tiene programas de fomento de la lectura, tiene convenios y arreglos comerciales con las editoriales más importantes. Pero no se ha percatado que al igual como existe un desborde popular en el sistema económico donde impera la informalidad, existe informalidad en el proceso de publicación. Muchos autores prefieren sacar sus ejemplares de manera independiente y evitar desilusiones que muchas veces terminan de manera traumática. El Estado ni siquiera se ocupa de los niños, menos se van a ocupar de los otros niños que quieren publicar libros.

Entonces dirías que no es conveniente publicar en el Perú…
Para nada conveniente, si es que hablamos de un círculo intelectual capaz de asesinarte si es que no les caes bien. Para nada conveniente si es que hablamos de publicar literatura que por lo general leerá tu familia, y a ellos será imposible cobrarles regalías. Los beneficios de la escritura se encuentran en el extranjero. En el Perú nomás existe la pobreza intelectual, si es que no hemos llegado a la hambruna total.

¿Y cuál es tu mayor problema a la hora de publicar?
La VERGÜENZA. De hecho, el publicar algo de lo que me arrepienta es una constante. Hay que recurrir a los correctores que no liban licor, a los enemigos que están dispuestos a leer tus manuscritos, a los críticos. Antes que lo monetario, está el problema del ego de los miserables. Lo demás, está en juntar tu plata y buscar un buen precio en Rufino Torrico.

¿Qué significa Urbania para ti?
Urbania es un proyecto pionero del cual me siento orgulloso de pertenecer. Gracias a la revista he podido conocer mucha gente y tener acceso a la información periodística de primer nivel.

¿Tienes algún nuevo proyecto personal en mente?
Fuera de mi cargo como editor de la revista Urbania, tengo dos proyectos literarios: uno, un libro sobre el accidente del Fokker con el Alianza Lima. Y dos, un conjunto de relatos fantásticos. Además, estoy preparando una crónica para Gatopardo sobre el Pacho Hurtado y mi tesis de Maestría en Periodismo, que trata sobre el uso de la jerga en la prensa “chicha” del Perú. Ya con todo esto, tengo suficiente hasta el final del año.

Temas más frecuentes en su obra

¿Por qué Barrunto?
Por presentimiento. Presentimiento de que pronto llegará la separación, como dice la canción de Héctor Lavoe. Sergio Galliani me dijo que a él le sonaba a barro. Como que tiraba barro. Es su percepción y la respeto. Jorge Eslava dijo que Barrunto (como literatura) le sugería una combi. Desde ese día soy literatura combi del Perú.

¿Por qué la rata?
No sé muy bien a qué viene esa insistencia mía con las ratas. En Barrunto recreé una escena con una rata, que funcionó muy bien con los lectores. Eso hizo que continuara trabajando con ellas. Han sido muy buenas conmigo, durante las fotos para el libro, llegamos a comprar una rata a un gasfitero. La tuvimos domesticándola por varios días hasta que le pinchamos éter en el cuerpo. Lástima que no pudo resistir a la sesión de fotos. Murió como toda una heroína de la literatura.

¿Por qué tu madre?
Porque considero que la maternidad representa el embrión de la vida. Todo hace indicar que yo reniego de mi procedencia, pero no es así, yo sólo busco reacciones en mis lectores y si para lograr eso tengo que matar a la vieja, pues la mato nomás.

¿Por qué soltero?
Aún no encuentro a alguien quien me aguante. Tengo varios prospectos, pero todas se hacen las difíciles, sobre todo cuando ven en mí a un artista decadente.

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