miércoles, 17 de febrero de 2010

Atentado a las letras, llega el 80m84rd3r0

Escritor peruano postindustrial

El arequipeño César Gutiérrez ha lanzado la segunda entrega de su libro Bombardero, una ópera electrónica en formato de texto literario.





“Estamos en el aire” es el título que la editorial Norma ha sacado como segunda parte del Bombardero. El primero, publicado el año pasado lleva el nombre de “Ground Zero” y es donde da inicio a esta novela postindustrial totalmente ajena a toda expresión narrativa realizada en muchos años, donde los sucesos del 11S en Nueva York marcan un beat a lo largo de las páginas.

No hacía mucho, en abril de 2008, que el mismo Gutiérrez impactó con la presentación del libro completo, de más de 800 páginas y con una edición extraña y a la vez de lujo (cuenta el autor que la versión original era de 2 mil páginas escritas en la zona del atentado en Nueva York), que contó con la ayuda del Gobierno Regional de Arequipa y otros auspicios privados, y marcó el inicio de una etapa intensa de presentaciones, entrevistas, polémicas y mucho rock and roll.

Del Bombardero, Norma tiene proyectado sacar el libro en tres partes. “Ground Zero” fue presentado el 11 de septiembre de 2008, y “Estamos en el aire” se presentó el 11 de septiembre de 2009. En ambos casos, se ha respetado la esencia de la obra original, cual Quijote tambaleándose por los aires de Nueva York, se teletransporta por París y vuela peligrosamente por Berlín, Londres, Ámsterdam, Tokio, Hiroshima, Nagasaki, Buenos Aires, Bagdad, Karbala, Ciudad Pálida (Arequipa), Momiamía (Cusco) y Lima (Nubegris).

César Gutiérrez además de escritor, es periodista, publicista, dj musical, brichero y poeta. Ha viajado por muchos conciertos en el mundo y le jode no volver a Europa. Ha aceptado unas preguntas para Justo Medio, con la frialdad del Bombardero, nos atiende:

¿Cuál crees que sería el formato literario del futuro, tomando en cuenta el furor de las redes sociales y los medios audiovisuales digitales?

El nuevo formato ya existe y sólo se espera la aparición de alguna maravilla interactiva sobre el plasma. Hasta ahora no existe una sola obra de arte literario generado por el furor narcisista del blog, la inmediatez del twiter o el alucine egotístico de facebook.

César Gutiérrez (1966) ha logrado una voz literaria insubordinada. Como si fuera un talibán, la palabra colisiona en la tumba de Vallejo en París y se convierte una especie de road movie con mujeres llenas de amor y ciudades llenas de guerra. Él lo califica de“escáner paródico que mezcla periodismo, sci-fi, poesía, cultura pop, ciberpunk y rock. Y está narrado con velocidad, humor y tristeza”.

¿Cuánto influye la diagramación en tu literatura?

En mí solo influye la capacidad para romperme los dedos escribiendo.

La poética de Bombardero se fundamenta tanto en la estética del arte escrito tradicional y también en elementos extraliterarios tomados de la era cibernética, como la tipografía de letras y un formato visual de diagramación que recoge lo más vanguardista de la poesía peruana como Oquendo de Amat y sus cinco metros de poemas. “Me sorprende que antes de mi libro no se haya hecho uso de los isotipos para reflejar la multiforme realidad. Fuentes y wingdings exportados de la publicidad a la novela”, nos comenta desde su indisciplinada bohemia barranquina. “El último capítulo está ambientado en Nueva York en el 2018. Si he intentado que este sea un libro electrónico que funcione con links, el próximo paso tendría que ser, naturalmente, un libro con tinta electrónica, en un soporte multimedia, aunque no sé si será posible que yo haga eso por ahora”.

Luego del caluroso ingreso de tu libro Bombardero al circuito literario peruano, ¿sientes alguna pertenencia hacia alguna corriente artística?

Todo lo que escribo no pertenece a una corriente específica, es de inclasificable insularidad.

¿Te sientes excluido del parnaso literario o intentas pertenecer al círculo?

Soy una prueba flagrante de que el espíritu sopla donde quiere. Y es una bendición que todos los círculos me sigan siendo ajenos.

Los libros que componen el Bombardero están a la venta en todas las librerías. A César Gutiérrez lo ubicas en su blog: http://80m84rd3r0.blogspot.com/ o en el bar La Noche a partir de las 3am.


1. En el set de 80M84RD3R0-la película, cuyo rodaje se detuvo por la inminente salida del soundtrack: participan 11 bandas electrónicas de Lima, Arequipa, Madrid, Nueva York y Buenos Aires (esta es una primicia).

2. Insólita instalación en un paradero del gran Buenos Aires por obra y (des)gracia de unos alumnos de la UBA.

3. Sirviéndose una chela en los altos de la catedral de Arequipa (diciembre 2007), aparentemente se celebraba el ingreso a las prensas del libro.

4. Con Bowie en la characata habitación del autor.

1 comentario:

CACHEMOS EN EL AIRE dijo...

Una joven italiana fue hospitalizada de emergencia tras realizarle sexo oral a 18 varones. La pobre muchacha había tragado tanto semen que se intoxicó. De igual manera, hace unos meses, la actriz porno Carolin Berger fue internada tras querer romper récord de darle sexo oral a 200 hombres y con motivo del Mundial la pornstar Bobbi Eden prometió hacerle sexo oral a sus seguidores en Twitter si Holanda campeona, esperemos que no corra la misma suerte que las anteriores. El sexo oral es un tema del que se habla mucho, pero muy pocos saben bien cómo hacerlo o de dónde proviene esta práctica. Les puede sorprender.

"¿Me haces un fellatio?", dijo él. "¿Qué cosa?", respondió ella. "¿Me la chupas?", insistió el amante y esta vez su ninfa asintió con un "está bien". Ella desconocía aquel término en latín con el que se llama a la felación o estimulación bucal del pene. A muchos hombres les encanta esta práctica y tanto ellos como buen número de mujeres están felices de realizarla.

Bajó poco a poco sobre su miembro, hasta tenerlo frente a frente. Su intención era emular a Cleopatra, como una de las más famosas felatrices de la historia. Pero no tenía que convertirse en una mujer del antiguo Egipto, ni complacer oralmente a un millar de varones. Bastaba con apelar a sus ancestros y remontarse a la cultura peruana Moche -quienes ya gozaban de estos estímulos y les rendían culto en su cerámica- para deleitar a su hombre con una intensa succión.